Rubén Chicaiza de 36 años, es emprendedor rural de “Viveros Campana”, empezó su plantación de flores hace más de siete años en Marianitas, Noroccidente de Quito y nos cuenta como ha llevado su negocio en la pandemia.

P. ¿Por qué elegiste el sector floricultor para emprender?

R. Cuando era más joven trabaja en una plantación en Tumbaco durante varios años, con la experiencia que obtuve en el manejo de toda la clase de flor y hortaliza decidí invertir todos mis ahorros en poner mi propia plantación de flores, aquí en Marianitas porque el clima es húmedo y por lo tanto, las orquídeas serían las más convenientes, aunque claro contamos con otras especies.

P. Teniendo en cuenta sus proyectos de años anteriores ¿Cuánto ha perdido desde el inicio de la pandemia?

R. Estuvimos alrededor de cinco meses sin trabajar en el 2020, se podría decir que las ventas se redujeron a un 70%, y toda la mercancía que no logramos exportar, ni vender, se perdieron, las flores es un negocio del día, no se pueden guardar, durante esa temporada produjimos alrededor de 300 a 450 flores, lo que normalmente era de 1500 semanales. 

P. Como mencionó usted ha tenido pérdidas ¿A tenido que recurrir a otras labores para substanciarse o mantener el negocio estable?

R. Efectivamente, muchos de los floricultores nos quedamos sin ingresos, lo que recaudábamos lo teníamos que invertir en los costos que nos había tocado esa producción, personalmente inicié otro emprendimiento rural para sustentar mi plantación de flores, una pimentera, esto lo realicé por noviembre del año pasado y hasta el día de hoy es rentable y beneficiario.

P. ¿Qué decisiones laborables tomó en la pandemia? ¿Tuvo que reducir el personal?

R. No precisamente, sino que se redujo el horario laboral, hemos intentado que ningún trabajador salga perjudicado, y esto lo recompensamos trasladando al personal que teníamos en la plantación de flores hacia la pimentaría, que por cierto queda a pocos metros, pero así como se redujo la horas también el salario, somos conscientes de que el covid-19 ha afectado a todos, estamos pasando por una crisis no solo sanitaria sino económica, sin embargo buscamos la opción de que nuestro equipo no se perjudique.

P. La Ley de Simplificación y Progresividad Tributaria retiro el IVA a las flores ¿Usted se benefició por esta medida? ¿Cuáles son sus expectativas por este cambio?

R. No, yo importo semillas del extranjero, no exporto flores, lo cual son ellos los que se benefician, los exportadores internacionales, pero si conozco de esa medida que se ha tomado por Expoflores, la reducción es de un 12% de impuestos, lo cual es un impacto económico, me alegro de que se tome este incentivo, espero que un futuro haya algún cambio a los negociantes nacionales.

P. ¿Cómo podría asegurar los mercados tradicionales y que estrategias tienen planteado a los nuevos?

R. Actualmente los mercados se están volviendo abrir, con eso quiero decir que las importaciones de semillas de las flores ya llegan al país, por ahora para asegurar nuestros mercados estamos enfocándonos en las ventas locales, dentro de Pichincha pero a partir del 2022 el objetivo es duplicar las ventas y recuperar lo que hemos perdido en estos dos años de pandemia exportando a todo Ecuador, y asegurar clientes en el futuro, todo dependerá de cómo el próximo año nos reciba a los floricultores. Por lo que mantengo una visión optimista.

P. Finalmente ¿Qué lecciones ha dejado la pandemia a los floricultores?

R. Si de lecciones hablamos, me gustaría tomar el 2019 como el inicio en que el sector de las flores sufrió una bajón por el paro nacional, y si a eso le sumamos la pandemia, la experiencia y los años a los que me he dedicado me han enseñado ha adaptarme a los cambio, saber que no todo es permanente, pero el golpe de la pandemia fue realmente fuerte y que de repente se reactive el mercado, adaptarse a la demanda en el mercado que este año ha ido crecido, es impresionante, no sabemos si habrá otra caída en la ventas o si volveros como al inicio de la pandemia, pero estamos atentos y preparados a enfrentar los nuevos desafíos que se pongan en frente.