La fiesta atlética regresa a Quito

El 21 de noviembre del 2021, las calles recibieron a miles de aficionados para vivir la Hope Run 5K; una carrera organizada por Estefanía Barreno, reina de Quito 2020-2021, a beneficio del Centro Terapéutico Aprendiendo a Vivir. La institución es responsable del cuidado de niños con síndrome de Down.

Este es el primer evento atlético organizado en la era post pandemia del COVID, y contó con la participación de cerca de siete mil atletas. El evento contó con el apoyo de empresas locales, la participación de personalidades del deporte quiteño y del alcalde, Santiago Guarderas. No obstante, hubo algunas críticas con respecto al control de las medidas de seguridad sanitaria en algunos sectores de la competencia por parte de los participantes. Siendo las seis de la mañana, el estadio Olímpico Atahualpa abría sus puertas. Después de casi dos años, la pista atlética alojaba un colorido arco con una palabra inscrita que satisface a cientos de atletas: LLEGADA. En el arco norte del estadio, observamos los stands de los auspiciantes que se arman a la espera de ofrecer sus productos y servicios a los competidores y visitantes.

El trabajo durante la organización

Su organizadora, Estefanía Barreno, resaltó que existió mucha cooperación por parte de los participantes y el público para cumplir con las medidas de seguridad: “Los quiteños hoy mostraron al Ecuador que de forma organizada podemos realizar eventos en espacios abiertos. Seguro con una organización dedicada como hoy, las fiestas de Quito serán un éxito”. Y es que las medidas de seguridad parecían estar a la altura del evento. Cada uno de los kits de competencia a más de una camiseta, chip para control y obsequios, contenía un frasco de alcohol y una mascarilla que debía ser usada para competir. Además, consideremos que se requería contar con las dos dosis de vacuna y los resultados de una prueba PCR para competir.

Bolívar Ruiz, miembro del comité organizador, resaltó las medidas de seguridad que se tomaron y la importancia de que se cumplan: “Al ser la primera competencia que se da en la ciudad después de la pandemia tendremos todos los ojos puestos, de esta carrera depende que se de la oportunidad de organizar más eventos en el transcurso del tiempo, o por el contrario detectar errores que deben ser corregidos”. Además, agradeció a los atletas por la aceptación que tuvo la competencia: “Tener más de siete mil competidores nos da alegría y una responsabilidad grande, por eso se invirtió en medidas de seguridad. Quedó demostrado que Quito es ciudad atlética”. La competencia contó con el apoyo del Municipio del Distrito Municipal de Quito a través del alcalde Santiago Guarderas, previo a la premiación resaltó que esta carrera es una antesala a las fiestas de la capital ecuatoriana, y se busca que eventos como la Hope Run ayuden a reactivar la economía golpeada por la pandemia. Agradeció a todos los competidores por cumplir con los protocolos de seguridad y finalmente invitó a que se impulse el deporte como solución a los problemas sociales que aquejan a la sociedad como el alcohol y las drogas.

El recorrido

La Hope Run 5K inició en el parque El Ejido, cruzó a lo largo de la Av. 10 de agosto recorriendo por los tradicionales barrios de la Mariscal y la Pradera; un ligero desvío por la avenida República, llegando a la Naciones Unidas hasta arribar al estadio Olímpico Atahualpa. Todo el recorrido contó con el respaldo logístico de la Agencia Municipal de Tránsito y sus cerca de 150 agentes que controlaban el tráfico. Sin embargo, en varios tramos de la competencia se observaron competidores que se retiraban la mascarilla al punto que al final se observaron varias mascarillas tiradas en el suelo. Una vez dentro del estadio, los competidores debían dar una vuelta alrededor del estadio; una medalla por participación y sus familiares los esperaban como premio al esfuerzo. Niños, jóvenes y adultos; grupos militares, amigos e incluso extranjeros se divisaron a la llegada. La Reina de Quito personalmente los recibía con un aplauso en el punto de llegada. Lamentablemente, en algunos puntos de la zona de llegada se observaban varios miembros de la organización que descuidaban el uso de la mascarilla.

Exfutbolistas brillaron en la llegada  

En el estadio, uno de los stands que contó con mayor participación fue el del museo de camisetas. La presencia de una amplia colección de camisetas llamó la atención de los participantes y allegados que no perdieron la oportunidad para tomarse una foto con esas piezas de la historia. En el mismo se juntaron exjugadores reconocidos como Bolívar Ruiz, Juan Pazos, Luis Vásquez, Osvaldo Páez, Alfonso Quevedo, Fabian Paz y Miño y Luis Mosquera. Los futbolistas participaron en una tertulia con fanáticos de todas las edades. Para Fabian Paz y Miño, goleador histórico de El Nacional, el compartir con los aficionados después de la pandemia fue gratificante: “Es grato poder interactuar con los hinchas después de todo lo que hemos vivido en los últimos dos años. Hoy la máscara no permite ver sonreír al hincha, por eso es grato saber que hoy en día todavía nos reconocen”. Coincidió con otros futbolistas gracias a la gestión de William Vilca, presidente de la Asociación de Coleccionistas de Camisetas. Para William, este evento representa un alivio para los microempresarios: “En mi caso considero que eventos como este dan una luz de esperanza que volveremos a la normalidad. La última vez que pudimos traer el museo al público fue una semana antes del toque de queda. Es grato ver a la gente feliz compartiendo con los exfutbolistas, padres de familia compartiendo con sus hijos y muchos comerciantes a lo largo de la carrera. Esperemos que de aquí se repitan más eventos”.

¿Realmente estamos listos?

Considero que fue un éxito la competencia. El fin de recaudar fondos para una fundación que brinda apoyo para personas con síndrome de Down fue positivo, además se incentivó al deporte, y como indicaron algunos visitantes: Se reactivó la economía. Por otra parte, el manejo de los protocolos de seguridad tuvo muchas falencias pese a la colaboración de algunos participantes. Existió la presencia de las autoridades y una fuerte inversión en la seguridad, pero muchos de los involucrados no utilizaron la mascarilla, ni guardaron el distanciamiento recomendado. Este fue un gran paso para el Ecuador que ha mostrado madurez en la organización de eventos deportivos, pero todavía muestra flaquezas en el control del cumplimiento de la seguridad sanitaria. En los próximos años se viene la organización de la final de la Copa Libertadores (diciembre del 2022) y posiblemente los Juegos Bolivarianos del 2025. Eventos en los que seguiremos con la nueva normalidad, donde más allá de realizar un espectáculo vistoso se debe garantizar la seguridad y salud de todos los participantes. Todavía estamos a tiempo de mejorar.

Escrito por: 
Pablo Caicedo