La minería a debate: voces jóvenes se hacen oír

Un tema crucial que está generando debate y controversia en nuestro país es la minería. El Estado ha impulsado esta actividad como una nueva fuente de riqueza y la promociona como la opción para salir de la profunda crisis económica en que nos encontramos. Sin embargo, no es un camino asfaltado el que lleva a la minería. Numerosos conflictos de índole ambiental, social y legal han surgido en diversas localidades donde se asientan proyectos mineros. Las comunidades rurales son quienes se enfrentan en primera instancia a dicha problemática y en muchos casos hay ONGs y colectivos sociales que respaldan y dan cobertura legal y comunicacional a estas luchas. El activismo en contra de esta actividad representa posiblemente uno de los actores más visibles en los últimos tiempos y en su gran mayoría son voces jóvenes se han levantado para frentear al modelo extractivista, tal es e caso de los Yasunidos, por citar un ejemplo.

En la región Norte del Ecuador, escenario de grandes proyectos mineros y agudos conflictos sociales que datan desde hace más de 30 años, también se escucha voces jóvenes desde la sociedad civil que reclaman ante la imposición del modelo extractivo.

Conversamos con Monserrate Vásquez, (Atuntaqui, 24) vocera del Observatorio Minero Social  y Ambiental del Norte del Ecuador, OMASNE, quien nos cuenta en esta entrevista sus motivaciones y perspectivas del activismo social de la juventud ante tan compleja realidad.

Monserrate, ¿quién eres y qué haces?

Soy ingeniera en  gestión y desarrollo social, tengo 24 años. Me vinculé al activismo ambiental ante las fuertes amenazas que existen en el país y en el Norte, acá donde vivo, por la minería a gran escala. Considero que es importante acompañar las luchas que se están dando en los territorios y no dejar solos a los campesinos que son quienes están cuidando los bienes comunes.

¿Qué es OMASNE y qué hacen?

Es un colectivo conformado por varias personas, en  su mayoría jóvenes, que estamos vinculados desde la academia, desde el arte, la ciencias natrales, compañeros que vienen acompañando a la lucha desde hace mucho tiempo. Nos juntamos por la grave amenaza que se está dando con a minería acá en el Norte del Ecuador y ante la cual no había una articulación organizada que pueda transmitir lo que estaba pasando tanto en las comunidades donde recién están llegando las empresas mineras, pero también en las ciudades donde ni siquiera se conoce cual es la situación que los territorios están enfrentando, entregados a las empresas mineras y qué significa esta actividad, a qué es lo que conlleva. Lo único a lo que se tiene a duras penas acceso, es que la minería supuestamente traerá más réditos económicos que los que el petróleo trajo en su momento. Así que pensamos que era importante que exista una organización que articule a los territorios y las ciudades. Lo que hacemos es acompañar a los territorios con información verídica, científica, legal y transmitir a la ciudadanía lo que está pasando, tratamos de generar un vínculo entre el campo y la ciudad para informar, comunicar, generar solidaridad e incidir en las acciones públicas respecto de esta actividad.

¿Cuáles son los principales objetivos que persiguen?

Tal vez suena utópico, pero esperamos lograr que el Ecuador sea un país libe de minería a gran escala. A corto plazo buscamos que la gente esté informada y generar lazos entre la ciudad y el campo. Articular también a la región norte con acciones que se realicen a nivel nacional.

¿Tan mala es la minería?

 Sí, es la actividad industrial más contaminante e invasiva. La minería actual se caracteriza por su gigantismo, su impactos no solo son ambientales, ni únicamente están localizados en las zonas de extracción. Existen impactos ambientales, deforestación, contaminación del agua, extinción de especies, daños sociales en la vida y la economía de las zonas rurales, de seguridad, de salud, etc. Puedan darse hasta a cientos de kilómetros de la zona de explotación e incluso afectan toda la economía del país y por tanto su futuro. Es muy grave en lo que nos han embarcado, no hay buenos ejemplos en el mundo y menos en la región. Las instituciones del Estado no tienen capacidad para regular y menos controlar o sancionar, terminan siempre cómplices debido a la tremenda corrupción que hay y ahí caen jueces, policía, ejército, generando condiciones riesgosas para la democracia y los derechos humanos que es lo que si se ha visto en la región.

Tratando de comprender el ámbito humano, quisiera preguntarte ¿por qué una chica tan joven se mete a una bronca contra empresas tan grandes y poderosas, contra el Estado, algunos gobiernos locales e incluso las mismas comunidades que a veces están  favor de la minería?

A mi me impulsó mucho el caso de Javier Ramírez, campesino de Intag que fue criminalizado en 2014, estuvo un año en la cárcel de manera injusta, en medio de un gobierno que criminalizó a los defensores de la naturaleza. Esto me indignó y motivó a involucrarme con otras personas que también estaban apoyando a estas luchas y buscando justicia social y ambiental.

¿Haz considerado los riesgos que esto implica para ti, tu carrera, tu familia, etc.?

No lo he pensado así, más bien considero que hay que tener un sentido en la vida y creo que ahora este es mi campo, siento que tiene que haber principios de vida y sobre todo una razón para existir; luchar por un bienestar colectivo, más aún cuando hay gente que está poniendo el cuerpo a esa resistencia.

¿Qué ganan tu y tus compañeros con esto?

Es una lucha que va más allá de lo individual. No sacamos nada pero siento que hago algo en la vida que sobrepasa lo personal. Tal vez no vea los resultados, pero se va sembrando una semilla, como mucha gente lo ha hecho antes.

Estas colocando a la minería como un monstruo, casi incompatible con la vida, pero sin embargo es una actividad fundamental para la industria y la economía del mundo, entonces, ¿no crees que pueda haber un punto medio, un equilibrio entre conservación y desarrollo industrial o desarrollo sostenible?

No, por que si bien existen leyes y derechos estipulados en las constituciones de los países como en Ecuador, estos nunca se cumplen. Por eso pienso que cualquier cosa que se trate de implantar y que no cumple mínimamente con las leyes, difícilmente va a traer beneficios. Es el caso específico de Ecuador y se ha visto en varios países de América Latina, que éstas empresas lo que buscan son solamente las ganancias. Lo sabemos bien, que dentro del sistema capitalista nos regimos por el consumismo, está la obsolescencia programada, se considera a la tierra como un objeto y se mercantiliza a la naturaleza,  en este marco consideramos que no se puede hablar de desarrollo sustentable. El extractivismo voraz que no respeta los derechos humanos ni los derechos de la naturaleza difícilmente dará un beneficio para las mayorías.

¿En este mismo momento tu y yo nos estamos beneficiando de los recursos materiales que nos provee la sociedad industrial?

Por un lado, está el hecho de que los minerales extraídos son suficientes para que el sistema siga en marcha. La obsolescencia programada del modelo consumista dentro de la lógica absurda del crecimiento infinito, nos ha puesto contra la pared a la humanidad. Es absurdo explotar territorios que no deberían tocarse, pues son espacios que garantizan la existencia humana en el planeta. Elegimos la vida fuera de la lógica de crecimiento que nunca acaba, o elegimos la muerte con un nivel de consumo que el planeta con alcanza a abastecer.

Si tu propuesta es el decrecimiento ¿Cómo va hacer el país para pagar sus cuentas si de golpe se reducen o limitan recursos provenientes de actividades extractivas, como vamos a hacer para sacar de la pobreza a la población, especialmente de los sectores rurales que tanto defiendes?

No me he adentrado mucho en el tema económico pero si puedo decirte que la minería promete ingresos económicos para el Estado mínimos; en base a algunas investigaciones realizadas por economistas del país,  no llegarán a ser ni la tercera parte de lo que fue el petróleo, pero si se analiza el costo beneficio, no nos queda nada, solo la contaminación y los ecosistemas devastados. Yo se que los cambios traerán complicaciones, pero es el camino que nos queda, se han tomado malas decisiones, no lo hemos decidido las mayorías, solo las élites que han optado por este modelo económico, pero al paso que vamos no queda otra.

Una propuesta de uso de los recurso naturales es evidentemente una propuesta política, ustedes como colectivo o en general como movimiento, ¿cuentan con un proyecto político para el país? ¿Cuál sería la propuesta sin recurrir al extractivismo? ¿Crees viable un cambio tan radical o hay algo de romanticismo en tu posición?

No tenemos una propuesta política en concreto, estamos construyendo colectivamente. Hay propuestas lindas, geniales, en el contexto de convivir con la naturaleza, de no considerarle como mercancía. Es el Estado el que pinta un cuadro de que si no hay extractivismo (petróleo o minería), nos moriremos de hambre. Todos sabemos que la agricultura familiar campesina da de comer al toda la población, que el turismo sostenible que considere a la naturaleza como un ser en la misma condición que los humanos, es una propuesta gigante que el país tiene condiciones, no es utópico, pero no hay voluntad política para hacerlo.

El cambio de modelo económico es un cambio político, ¿cómo lograrlo si al mismo tiempo no hay una participación de la juventud ni de ustedes en la política real?

Pues si, a ratos hay una especie de impotencia por que si bien hay momentos de indignación de la población, no se logra llegar más lejos. Mucha gente no quiere dejar de lado sus privilegios, su comodidad, etc.  Ya sea por miedo o por desconocimiento.  El movimiento indígena si se está planteando al menos cuestionar el extractivismo y la minera en particular, si hay un diálogo sincero y honesto, yo veo que hay buenas opciones para hacer cambios, se lo demostró en octubre 19, hay que generar condiciones adecuadas.

¿Cuál es tu visión del país en 20 años?

Un país organizado, que aprovecha sus recursos renovables sin perjudicar a la Tierra. Con conciencia de que el futuro está en sus manos.

Escrito por: 
José Cueva