“La mejor herencia que me dejó mi padre fue esta pasión por crear artesanías”

La Ronda es conocida también por ser un barrio que contaba con una gran cantidad de artesanos dedicados a la realización de orfebrería que abarcaban a familias enteras. Ese fue el caso de Germán Campos, el orfebre de la casa 989 de la renombrada calle La Ronda ubicada en el centro histórico de Quito.

German Campos es un orfebre que lleva 42 años en la realización de recreaciones de la época precolombina y también de la platería religiosa que por hoy es la que mayor demanda tiene en el mercado. Nació en la provincia de Chimborazo; junto a sus padres hicieron maletas y emprendieron viaje hacia la capital. Germán dijo: “Al principio vivimos momentos muy complicados porque no conocíamos a nadie, la vimos verde en muchas ocasiones” pero gracias a su padre que tenía los cinceles y contaba con una gran creatividad decidieron montar su pequeño taller.

Su inspiración fue su padre y siempre lo recuerda de la mejor manera: “Mi padre era un hombre excepcional, aprendí tantas cosas de él que en realidad me llenan de orgullo y es por eso que pienso que… la mejor herencia que me dejó mi padre fue esta pasión por crear artesanías”. Germán fue aprendiendo un sin número de trucos del arte de la joyería y de la platería teniendo como materiales con los que más trabaja el cobre, bronce y la plata, pero no sólo es bueno para repujar y fundir los metales, realiza sus propios modelos es decir que él los piensa, los dibuja y los crea. Germán dice: “Me declaro un autodidacta y para afinar mi técnica siempre estaba metido en las iglesias para perfeccionar mis obras pues me parecía la mejor manera para autocriticarme y reparar lo que estaba mal”.  

Entre sus obras favoritas están el Mascarón de plata, las alas y la diadema de una Virgen de 1,20 metros que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana la mandó a realizar y fue un obsequió al papa Juan Pablo II en su llegada al país en el año de 1985. Por ahora Germán sigue atendiendo en su taller, con las medidas de seguridad necesarias pues la pandemia lo ha golpeado fuerte, pero eso no lo frena en sus ganas de seguir enseñando al mundo sus creaciones que realmente tienen una gran acogida en algunos países.

Escrito por: 
María José Ibarra