"Mi poncho rojo es mi identidad": Gavino Vargas

Gavino Vargas Salazar, joven indígena perteneciente al Pueblo Panzaleo, actual Director Provincial del Consejo Nacional Electoral Delegación Cotopaxi; de 35 años de edad, abogado de profesión. Primer indígena en ocupar esta dignidad en la provincia. Tiene sobre sus hombros gran expectativa de la población en general y de su Pueblo Panzaleo en particular sobre su desempeño al frente de esta institución, desde la realidad social en la que aún pesan los prejuicios y las diferencias étnicas.

¿Cuál es su actitud al ostentar esta responsabilidad?

Comprometido con la construcción de la democracia, impresionado con la cantidad de trabajo que se requiere para un evento democrático, dispuesto a cumplir con los parámetros señalados por las autoridades electorales de transición, feliz por la oportunidad que se me da.

Una mirada retrospectiva a su infancia. ¿Recuerda a Gavino Vargas en su comunidad entre los 6 a 12 años?

Fue la época más feliz corriendo por los terrenos, pastando mis borregos, jugando con los demás niños de mi comunidad Chilla Chico, trabajando el campo en las siembras y las cosechas. Me gustaba ir a la escuela de la comunidad, esperaba con ansias el inicio de clases porque teníamos todo nuevo: libros, cuadernos, los membretes. Me encantaban pegar membretes y forrar cuadernos… a veces ropa nueva, recuerdo cuando mis papás no alcanzaban a darme ropa nueva para comenzar las clases porque nosotros somos nueve hermanos y a mí me tocaba ponerme la ropa que ya no alcanzaba a mis hermanos mayores, pero yo no veía como algo malo, me gustaba…

¿Sufrió pobreza?

 Pasamos necesidades, pero nunca pasamos hambre porque el campo siempre provee. 

Gavino Vargas, rompiendo el cascarón, su mirada hacia el mundo mestizo, los primeros pasos en la construcción de sus metas; ¿Qué fue lo más trascendente en su adolescencia?

Esa etapa sí fue importante, ahí tengo que agradecer la influencia de la comunidad de Hermanas Lauritas, misioneras que acompañaron largo tiempo a las comunidades rurales de Saquisilì y concientizaron para que la gente comprendiera que el futuro estaba sobre dos bases: la organización y la educación.

Recuerdo que insistieron mucho a mis padres para que me pusieran en el colegio, pero era imposible porque no había recursos, mi mamacita me decía que, en el colegio de los mishus, (mestizos), pegaban a los que hablaban Kichwa. Fue cuando empecé a revelarme por las desigualdades. A mí me llegó en esa edad la etapa de los porqué: Porqué no podía ir al colegio, porqué mi papá tenía que ir a Quito a trabajar en el mercado, porqué dos hermanos habían muerto después de nacidos, porqué en el campo se trabajaba mucho y se ganaba poco, y hasta cuándo yo podría tener mi propio dinero me preguntaba.

Por fortuna apareció el Párroco de Saquisilí y me invitó a ser catequista, luego, misionero del SICNIE (Servidores de la Iglesia Católica de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador) de la Diócesis de Latacunga, ese fue el gran paso, porque se me abrió las puertas de Radio Latacunga.

¿El gran paso hacia qué?

A partir de Radio Latacunga abrí los ojos al mundo, como reportero comunitario tuve la posibilidad de recorrer el mundo indígena ecuatoriano, crucé las fronteras ecuatorianas y entendí que nuestra realidad era similar dentro y fuera y pensé que no podía quedarme viendo esa realidad. Las Misioneras Lauiritas tenían razón, sin organización y sin educación nunca el pueblo indígena podrá reivindicarse.

Entonces decidí hacer todo sacrificio para estudiar, y… (hace un gesto de alegría)… se realizó mi gran sueño, a los 17 años comencé la secundaria y fue en el colegio Intercultural Bilingüe Jatary Unancha, un gran, gran colegio;  me involucré más en la organización de segundo grado Jatarishun a la que pertenecía mi comunidad, así se fortaleció mi identidad, perfeccioné mi idioma Kichwa, y sentí orgullo de ser indígena.

El gran escalón, la Universidad ¿Es su meta mayor?

Me costó mucho sacrificio empezar una carrea universitaria a los 26 años ya con la responsabilidad de una familia, pero todo está en proponerse. Desde luego, una profesión es siempre una meta, pero para mí no es la meta final, más bien es una garantía para alcanzar otras metas.

¿Conquistar espacios de poder?

Los pueblos y nacionalidades en Ecuador aún están en desventaja en el reconocimiento de los derechos y oportunidades, hace falta que las organizaciones estén sólidas, que nuestra identidad esté sólida para construir una verdadera igualdad, no solamente el poder por el poder.

No eligió ser Comunicador sino Abogado, ¿por qué?

Ojalá Dios me dé tiempo y fuerzas para estudiar comunicación, pero analizando bien la situación con mi esposa y mi familia entendí que el Derecho me daría más posibilidades de realizarme y servir mejor.

¿Qué cargos ha desempeñado hasta el momento?

Desde directivas pequeñas, dirigencias en mi organización, fui Gerente de TVMICC (primer canal de televisión comunitario del Ecuador, perteneciente al Movimiento Indígena y campesino de Cotopaxi), Asesor en el CONAGOPARE Cotopaxi, Asesor en el GAD municipal de Colta en Chimborazo y hoy estoy al frente del CNE Cotopaxi.

¿En todo ese trajinar, su identidad se ha sostenido siempre firme? ¿Alguna vez consideró que debía mantenerla oculta?

Justamente en la adolescencia cuando me decían que los que hablamos kichwa no podíamos ir al colegio de Saquisilì, o cuando un profesor en la escuela nos hacía cantar en kíchwa para luego reírse, me ponía a dudar; pero, en el SICNIE, luego en Radio Latacunga, en mi colegio intercultural y principalmente en mi Organización (indígena Jatarishun), se fortaleció mi identidad.

¿Es el momento del desquite?

No no, la sociedad ha relegado a la población indígenas desde la conquista española, hoy estamos en un proceso de inclusión, yo digo de reconciliación, de construcción de una nueva sociedad donde valoremos y respetemos nuestras diferencias y con ellas construimos una patria, una colectividad llamada Ecuador, luego la gran América Latina.

En los acontecimientos importantes usted se presenta con su poncho rojo, ¿qué significado tiene para usted? ¿Cuál es el mensaje que quiere dejar a través de este atuendo?

Mi poncho rojo es mi identidad, la identidad del pueblo Panzaleo al que pertenezco, me pongo cuando tengo asuntos trascendentales porque es un traje especial para nosotros. El mundo mestizo usa un terno impecable, en cambio mi traje especial es el poncho rojo, con él me siento seguro, y me recuerdo que no estoy solo en ese lugar, que represento a toda mi comunidad, que lo que diga o haga recaerá sobre mi pueblo

¿Qué se propone desde su gestión frente al CNE delegación Cotopaxi?

Principalmente garantizar la transparencia, honestidad, y respeto máximo a la decisión popular en el proceso electoral en marcha, dando cumplimiento a las disposiciones de las autoridades nacionales; pero a la vez que mi accionar en este cargo sea evaluado y reconocido o juzgado por mi organización que fue la que me avaló para ocupar el mismo.

Yupay chany apuk.  (Gracias director)

Yupay Chanchik, (Gracias de mi parte)

 

 

Escrito por: 
Carmen Abata