"La autoestima para la recuperación es una herramienta básica": Mirna Flores

Rubia de 45 años, con apariencia europea, extrovertida, parlanchina, nos espera en el sofá de su casa, en Machala, Mirna Flores Barnellini. Ha dado algunas entrevistas hasta la fecha sobre su vivencia, así que nos da el preámbulo de su vida mientras habla con su voz, manos y gestos; segura de sí misma.

Mientras cruza la pierna para acomodarse de mejor manera en el sillón, de forma franca y sin reservas nos hace un resumen de su experiencia cara a cara con la muerte hace 6 años, cuando le detectaron cáncer de seno. Ella vivió para contar como es ser una verdadera sobreviviente y guerrera, por ello quisimos plasmar su historia relatada en sus palabras.

Mirna Flores Barnellini es madre de dos hijos que hace seis años aún vivían con ella. Así también quien fue su esposo. Ella cuenta que por un malestar fue a un chequeo a Solca y es allí donde le dieron el terrible diagnóstico. Recuerda que ese fatídico día su mundo se desmorono, y a partir de allí decidió encerrarse en su habitación hasta encontrar paz espiritual por medio de la Biblia. Una vez cumplido el claustro, salió con la fe de que sería una sobreviviente y comenzó su tratamiento.

¿Cómo recuerda la etapa de tratamiento del cáncer de seno?

Estuve casi dos años en tratamiento, primero intensivo y luego de control, el recuerdo imborrable que tengo de mi proceso es cuando estaba internada y escuchaba como una voz me incitaba al suicidio, y yo contraatacaba cantando a viva voz canticos espirituales. Y seguía con las quimio.

¿Aparte de los dolores de la quimioterapia, que es lo que más le afecto en su proceso?

(Un breve silencio y suspiro) Que mi esposo me pidió el divorcio.

¿Se divorció estando en tratamiento?

(Sonríe con tristeza) El día que le dije a mi esposo sobre mi enfermedad, él decidió abandonarme. Era mi segundo compromiso y llevábamos no muchos años juntos, asumo que por eso sintió que no podía con “la carga”. Tuve que enfrentar el camino prácticamente sola, ya que hasta ese momento mis dos hijos eran muy jóvenes para lo que se venía por delante. Se fue mi marido, pero me rodeé de familia y amigos que nunca me soltaron.

¿Cómo pudo avanzar sin él?

Lloré mucho su ausencia y lo extrañaba, pero debía concentrarme en mi recuperación y lo hice. Sequé mis lágrimas por mi divorcio para centrarme en el tratamiento. Quise alargar la separación hasta encontrarme bien, pero el tenía prisa. Tome mi dignidad como bandera, aunque mis fuerzas no daban para más. El día que firmamos el divorcio, lloré y le agradecí por los años juntos, puse mi sentimientos en un rincón de mi corazón y me enfoqué en lo más importante; sanarme.

¿Cree que la enfermedad trajo algo positivo a su vida?

Decidí estudiar enfermería a raíz de mi ex padecimiento, gracias a ello he podido ayudar a madres solteras en mi situación que necesitaban una compañera de camino. Además me hice amante de la medicina natural y como enfermera puedo comprobar que es mejor prevenir que curar. También he participado en asociaciones, fundaciones, y charlas de prevención y apoyo a personas con cáncer y de mujeres abandonadas; con las que me idéntifico mucho. Ha sido un camino enriquecedor, que ha sacado lo mejor de mí durante estos años de recuperación.

¿Siendo tan coqueta le afectó perder el cabello?

(Risas) Si, porque siempre me he teñido de rubia, y me ha gustado estar impecable, así que se me ocurrió que a pesar de la situación no podía dejar de ser fashion ja,ja,ja, por eso iba intercalando pelucas de diversos estilos y colores, así que siempre me vi divina ja, ja, ja. La autoestima para la recuperación es una herramienta básica, y sobre eso también hablo en mis conferencias. Vernos bien, nos ayuda sentirnos anímicamente mejor, algo que influye de forma positiva en la recuperación y eso enseño a mis compañeras de lucha.

¿Cómo pudo afrontar los gastos del tratamiento y el estudio de sus hijos?

Haciendo labores manuales, ayuda de familiares, ahorros. Dios siempre provee. Nunca nos morimos de hambre, pero llegaron momentos de angustia, entre pagos de colegio y universidad de mis hijos.

¿Perdonó a su exesposo?

Por amor a mi hijos, sí. Entendí que Dios siempre estuvo conmigo y mis fuerzas estaban puestas en él, así que salí adelante, dejando rencores para poder sanar completamente. Creo que el perdón es la píldora número uno para cualquier recuperación física y espiritual.

¿Qué mensaje les daría a las madres en su día que estén pasando por momentos difíciles?

Les diría que no decaigan, las madres tenemos unas fuerzas como el búfalo y que Dios no desampara a sus hijos jamás. Las pruebas son parte de la vida, pero siempre hay que buscar la enseñanza a las adversidades.

¿Qué mensaje daría a quienes caen en depresión?

Que todo es cuestión de fe y actitud, la solución nunca estará en las lágrimas y si yo pude, usted también.

Con este increíble testimonio y reflexión de vida, nos despedimos de Mirna Flores Barnellini, quien con una sonrisa de oreja a oreja, nos enseñó que la vida es cuestión de actitud. Esta guerrera sigue en chequeos rutinarios cada seis meses, cada vez va a la sala de cáncer a dar una palabra de aliento a sus ex compañeras de habitación, algunas hoy no están y otras siguen en recuperación con su ejemplo de vida y eso la hace feliz.

Escrito por: 
Marjorie Paladines