Risa, imaginación y baile en el Foto circo sonoro de los Hermanos Saz

La asoleada tarde del sábado 16 de diciembre, en el Auditorio Aida Sánchez de Radio Visión, ubicado en un barrio del norte de Quito, el olor a canguil recibe, uno a uno al ingreso de una puerta estrecha y cercana a la vereda de la calle, a todos los asistentes quienes lentamente van completando el aforo de una sala alfombrada, cuya sencilla escenografía transporta a los asistentes a lo que será un viaje por el tiempo, en donde un sinnúmero de personajes jocosos, presentan en este circo de barrio. Varios actos que presentan las situaciones más cómicas y absurdas a través de 8 personajes que evocan la infancia de quienes  hoy se los denomina como la generación x y que crecieron en un Ecuador “rezagado” o al margen de los avances tecnológicos del primer mundo. Sin embargo, abarrotado de originalidad, juegos en la calle, ausencia de campos vacacionales o lugares “child friendly”, mucho más de desconectados de las pantallas pues solo habían tres canales de televisión, menos parques, pero si mucho más tiendas en donde comprarse un bolo o beba, interminables  juegos a las escondidas o a las corridas en bosques y jorgas entrañables, con quienes se compartían tardes enteras de partidas de canicas, deberes de mecanografía, y llenadas de álbumes e intercambio de cromos.

A las 4h07 de la tarde, ya  todos bien acomodados y sentados en sillas metálicas plegables, reciben el anuncio del primer número de esta obra, por parte  del maestro de ceremonia  quien presenta en medio de aplausos el acto de la Princesa Pacha, quien hace su aparición con un mameluco tomate fosforescente y un cintillo en la frente para demostrar sus “habilidades” y “talento” para el baile y la canción.

Ya transcurridas las cuatro y media, la princesa Pacha y el maestro de ceremonias invitan un voluntario del público a participar del concurso agarra, agarra lo que puedas, anunciada y cómica alusión al programa de televisión más popular en los ochentas de los viernes por la noche; Haga Negocio Conmigo.

Entre risas y canguil derramado, a lo largo de todos los números, Gaspar Lumiere, el un poco anticuado “Hombre fotográfico” captura con su cámara el desarrollo del espectáculo mientras de tanto en tanto se defiende de su archí enemiga y  rival tecnológica: Lusmila Sung,  'La Chica Celular' en un dramático duelo a dos cámaras.

A mitad de la obra hace su aparición  Míster Herculéon,  para demostrar al público la dificultad y dominio  para realizar sus hazañas como recoger un papel tirado en mitad de la calle, o ceder el puesto del bus a un adulto mayor, en su misión de salvar al mundo. Este anti héroe a través de las situaciones más inverosímiles,  trata de romper con esa verticalidad con la que los adultos nos relacionamos con los niños y cierra el primer bloque del show.

La Dra. Helena Petrovna Shunshova, psicóloga holística aparece entonces para enseñar a los presentes como limpiar chakras y  sacar  el “shunsho “ interior que todos tenemos al ritmo del Shunsho dance, “la canción disco que nunca tuvo la ciudad”, a decir del Creador y Director de esta puesta en escena, Cristian Oquendo. Minutos más tarde, Fermín “el lado oscuro de la fuerza”  Niestro, accede a responder a las más profundas y filosóficas preguntas de los niños presentes durante su fugaz visita por este planeta. Como acto final,  Felix Berday “El Chico piñata” comparte con el público su trágica historia de cómo en las fiestas infantiles fue víctima de golpes y palos y su camino hacia la recuperación como activista de los derechos de las piñatas y ollitas de barro.

Nostalgia y humor en un espacio teatral que une a la familia  en donde  los niños encuentran una opción de vivir otras experiencias y donde cualquiera de nosotros pueda verse reflejado en uno de esos personajes. La escenografía y vestuario son sencillos pues utilizan artefactos cotidianos que en toda casa de abuelita se pueden encontrar, en su afán de brindar un espectáculo que no divierte por sus efectos especiales sino por las situaciones que construyen momentos y memorias de una época en donde la inventiva era requisito para el juego y  la diversión. Musicalmente recoge varios aspectos e influencias andinas, elementos, punk, rock funk que aportan a dar vida a los personajes tal cual una banda de rock de garaje ochentera.

Esta es una obra de humor y entretenimiento escrita y dirigida por Christian Oquendo Sánchez. En ella actúan Juan Pablo Acosta, Cristina Duque, Sebastián Oquendo Sánchez, bajo la dirección musical de  Alejandro Pineda Martínez. Mientras recibe las felicitaciones y expresiones efusivas de los asistentes, Cristian Oquendo, director de la obra cuenta que,” El circo de los hermanos zas viene de un mundo de la infancia, un mundo de barrio de juego de la imaginación que nos permite volver a un circo de barrio, conformado por personajes extravagantes salidos de la fantasía con una estética caótica muy típica de nuestra idiosincrasia,  una suerte de barroco criollo”. Los fervientes aplausos y alegría de los niños asistentes dan cuenta del disfrute de un Circo orgánico que logra establecer un encuentro cercano entre el público y el elenco. Un encuentro con antihéroes que toca fibras humanas que nos identifica con el mundo en el que muchos de quienes hoy somos padres crecimos; un mundo mucho más afectivo.  Este es un espectáculo para niños desde los 99 años que nos permite mirar el lado luminoso de los ecuatorianos.

Como dice Fabiola Ansieta, psicóloga chilena quien colabora en la creación, edición y redacción de artículos enfocados a temáticas de ocio y entretenimiento para diferentes plataformas en Chile y Europa. “Ahora es necesario perpetuar esa cultura de circo con los más pequeños, desconectándolos por un rato de tantas pantallas inertes para ponerlos frente a otras de las que seguro también pueden aprender muchos valores. Esperamos que así cada vez haya más afición y más interés y que así el circo siga desarrollándose y construyendo su historia”

Escrito por: 
María José Proaño