¿Cómo promover la lectura en un país con pocos lectores?

En el 2013 El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) realizó una encuesta, en la que se registró que el 27% de los ecuatorianos no tiene el hábito de leer, de los cuales al 56,8% no le interesa la lectura, mientras que el 31,7% no lo hace por falta de tiempo.

De igual manera, según el último informe sobre analfabetismo funcional realizado por el Contrato Social por la Educación, el 50 % de las personas, es decir la mitad de la población que lee y escribe en el Ecuador, no entiende lo que lee. Este indicador nos lleva a cuestionarnos ¿cómo estamos relacionándonos con los libros?, ¿la lectura es una tarea o un abanico de oportunidades?, ¿qué hacer por los no lectores?

Para contestar estas interrogantes es necesario tomar en cuenta que la lectura no debe ser vista solamente desde una óptica instrumental, a decir de Juan Pablo Bustamante, Oficial de Educación en Emergencias de UNESCO Ecuador, la lectura debe ser un espacio de convivencia, placer y expresión tanto para adultos como para niños. “No le haces más lector a un niño porque le obligas a leer, le haces más lector porque lo haces participe de tu lectura, si no tienes libros en la casa o en la escuela no es posible el éxito escolar” señala Bustamante. 

La promoción lectora tiene un impacto maravilloso pues si se lo hace de manera efectiva, esta causa placer y es un excelente estímulo para el vínculo familiar, elemento esencial para el desarrollo personal.  

La  Lectura para una mente sana

Según Paz Carrión, psicóloga clínica, leer a los niños es un hábito que facilita el proceso de simbolización y que en algún momento de la vida ayuda en situaciones más complejas: “Los cuentos, son relatos que tienen personajes, historias, algún conflicto y una enseñanza y eso ayuda a los niños a que se identifique con ciertos personajes y procesen lo que están sintiendo. Los cuentos prestan palabras e imágenes a los niños para que ellos puedan irse adaptando a los cambios o las circunstancias”. Por eso Carrión afirma, importa verificar que los cuentos tengan en su historia algún conflicto que se resolvió, y no sean solo con algo "positivo". ¿Por qué? Porque como padres debemos preparar a nuestros hijos para la vida, y lo real es que a lo largo de la vida hay sorpresas, surgen obstáculos y todo esto que no está en "nuestros planes" son aprendizajes, es más fácil si desde temprana edad se van incorporando en la mente, mecanismos para afrontar los problemas lo cual siempre será por medio de las palabras.  

Incentivar la lectura

Según Marcela Sosa, Directora de la Fundación Leónidas Ortega Moreira de Guayaquil, organismo que se especializa en la ejecución de programas de capacitación, bibliotecas, y animación a la lectura  en sectores urbano, urbano marginales y rurales del país, sus estudios han demostrado que cuanto más lee un niño o niña, mejor se desenvuelve en esta actividad, no solo porque  aprovecha sus ventajas sino porque principalmente lo disfruta. Por otra parte  aquellos niños que leen poco no pueden desarrollar sus habilidades lectoras y terminan por alejarse de los libros al ver con frustración que les es difícil leer.

 Por ello se sugiere que quienes acompañan al niño en la lectura eviten: 

  • Dar sermones sobre la lectura. Evitar los sermones y las críticas a los niños y niñas que no leen. Con ello solo se conseguirá resentimientos.
  • Los premios. No acostumbrar al pequeño a recibir premios cada vez que lee un libro, más bien se le debe ofrecer otros libros o revistas junto con muchas felicitaciones y admiración. Quizás para comenzar a introducirlo en la lectura ocasionalmente se puede utilizar algún tipo de “premio”, pero con el tiempo se los debe reducir. La idea es que el niño sienta la lectura como un placer siendo este su propio premio.
  • Juzgar su rendimiento como lector. Hay que distinguir las lecturas obligadas y evaluadas de la escuela de las lecturas libres en casa y por placer.
  • Criticar  la elección de los libros. Así usted piense que está leyendo libros muy fáciles o superficiales respete sus gustos y trate de evitar las críticas. La lectura en si es una práctica muy valiosa que ayuda a construir confianza así como habilidades para escribir.
  • Trazarse metas no realistas. Buscando pequeños signos de progreso en vez de cambios dramáticos a la hora de establecer hábitos de lectura. No espere que un pequeño  reticente  a la lectura se termine un libro en una noche. Quizá lo haga en toda una semana y con su apoyo.

Como leer libros a los niños y niñas

Según Juan Samaniego pedagogo ecuatoriano y ex Secretario de Educación del DMQ, la lectura brinda un espacio para que los adultos compartan con los más pequeños. Las niñas y niños aprenden y mejoran su lenguaje al escuchar a sus padres, abuelos, maestros y familiares leer en voz alta para lo cual sugiere tomar en cuenta los siguientes consejos:

  • Demostrar entusiasmo al leerles.
  • Dar la oportunidad de ver las fotos o figuras y animarlos a buscar algunos objetos que están dentro de ellas.
  • Discutir las historias con los niños.
  • Ayudarlos a identificar letras y palabras.
  • Usar el dedo índice debajo de las palabras para que los niños puedan seguir la historia al mismo tiempo.
  • Hablar sobre los significados de las palabras.
  • Contestar las preguntas que los niños hacen en los momentos de la lectura.
  • Volver a leer los libros favoritos las veces que el niño o la niña lo requiera.
  • Comparar experiencias ilustradas en los libros con experiencias reales de los niños.
  • Hacer preguntas a los niños, relacionadas con el libro después de cada lectura.
  • Fomentar que los niños inventen sus propias historias. Los padres o educadores pueden escribir lo que los niños dicen y luego les leen lo que ellos dijeron.
  • Ayudarlos a crear sus propios libros e historias, cortando fotos de revistas, utilizando fotos de la familia, o simplemente recolectando los mismos trabajos de arte que ellos hacen.
  • Disponer de libros en casa para que los niños puedan elegir sus favoritos.
  • Fijar una hora para leer antes de llevarlos a la cama.
  • Dar el ejemplo y mantener el hábito de lectura pues si el niño o la niña ve que papá y mamá leen por placer ellos lo asimilarán como algo divertido.

Mónica Barrera, psicopedagoga con más de 20 de experiencia afirma que es clave para un niño o niña contar en sus espacios familiares, educativos y comunitarios con adultos que faciliten lo que Reuven Feuerstein, el padre de la teoría de la maleabilidad de la inteligencia define como “la mediación cognitiva” es decir que se presente a los niños las preguntas adecuadas para desarrollar el pensamiento, para invitarlos no a como pensar sino a simplemente pensar. Aprovechar los momentos juntos de lectura para que de manera intencionada se trabaje el pensamiento. Un ejemplo sería: ¡mira esa montaña!, ¡qué Belleza!, ¿por qué crees que dije que es bello?, ¿qué significa ser bello?, ¿qué características tiene algo para ser bello?, ¿por qué crees que eso es bello y que consideras que no es bello?

Está en nosotros los adultos promover la lectura en los niños como un hábito agradable y no como una tarea. Es nuestra responsabilidad abrir un abanico de posibilidades a través de los libros para que el niño o la niña se identifiquen con sus sentimientos y emociones. Un niño que siente placer al leer un libro, será un adulto capaz de utilizar la lectura como una herramienta básica para poder desarrollarse con éxito en la cada vez más competitiva sociedad. La lectura es la base de la educación y la educación es el factor esencial de igualdad social en el mundo.

Julio Award, Presidente de Girándula, institución gestora de la Maratón de Cuento señala que la comunidad debe contar con actividades que aporten al desarrollo de la literatura infantil y juvenil, así como a la construcción de una sociedad más incluyente, justa y feliz por medio de la lectura”.  

Ahora bien, queda claro que apostar por una población cercana al libro, desde temprana edad, augura un país con adultos lectores, sin embargo también es necesario plantear alternativas para ese 50% de ecuatorianos que no lee y que sobre todo no entiende lo que lee.

Alejandra Dávila, profesora de literatura quien trabaja con jovenes y Esther Puig, consultora de comunicación que ha trabajado en varias campañas de promoción de lectura, coinciden en que el  acompañamiento o mentoría son primordiales para formar buenos lectores a cualquier edad. Contar con bibliotecas o espacios que ofrecen variadas actividades de interés local con material útil, que genere manualidades, empleo, autoestima, recreación sana, son buenas alternativas para atraer a las personas a involucrarse con la lectura pues eso les genera un sentido de pertenencia y facilita el desarrollo personal y comunitario.

La experiencia nos dice que los países en donde la lectura es parte de la cotidianidad y del relacionamiento social, los índices de pobreza son más bajos, además existen políticas públicas con planes de lectura dirigidos tanto a niños como a adultos. Ecuador, desde septiembre del 2017 cuenta ya con un plan de lectura como política de estado cuyo principal objetivo debería ser el de enfocarse en apoyar cualquier iniciativa que promueva la capacidad y el hábito lector de sus ciudadanos. Contar con estrategias integrales e inclusivas, que tomen en cuenta alianzas público privadas para que se trabajen paralelamente tanto en la formación de madres, padres, profesores, bibliotecarios, gestores culturales y editoriales para el disfrute o placer de la lectura en niños, jóvenes y adultos.

Escrito por: 
María José Proaño