Casa Hogar para Todos: una nueva oportunidad

Mi llegada les llamo la atención, tres o cuatro me rodearon, sus edades bordeaban entre los cinco y ocho años. Con actitud alegre y descomplicada, con la curiosidad inusitada de que alguien nuevo los visitaba, sus caritas sonrientes delataban que atrás habían quedado los días de abandono, violencia y abuso que en carne propia experimentaron.

A un Kilómetro del centro de la Ciudad de Azogues se encuentra ubicado el aposento que da acogida a aquellas personas que por circunstancias de la vida se encontraban en desamparo, nos referimos a La  Casa Hogar Para Todos. Este centro  tuvo sus inicios  en el año 98, gracias al corazón noble y generoso de la Señorita Nancy Calle; quien sin escatimar esfuerzo alguno y con un desprendimiento encomiable, funda esta casa habitación con una meta muy clara y definida: que  los niños reciban el cariño que por circunstancias esquivas y adversas del destino perdieron; que vivan en un ambiente equilibrado, efusivo en el plano afectivo, que sientan la alegría de vivir, que hagan las cosas con entusiasmo y gocen de la seguridad de un hogar. Todo redundará para que en un futuro  puedan tener relaciones armónicas y  constructivas con los demás, éxito en el estudio, en el trabajo; en definitiva, sean productivos y  capaces  para adaptarse a los cambios, es decir  que sean felices. “Dios no me ha dado hijos, pero me ha premiado con estos angelitos que son más que si fueran míos”, asevera la benefactora.

Más adelante sostiene que no fue nada fácil cristalizar esta obra social; para lo cual tuvo que buscar ayuda y apoyo de amigos que radican en el extranjero, motivar a personas generosas e instituciones para lograr su colaboración, hasta que se pudo cristalizar este propósito que derivó en la creación  de esta fundación, que desde el año 2006, funciona en la casa que fue herencia de sus padres.

La casa de acogida Hogar para Todos, en la actualidad cuenta con el apoyo de instituciones públicas como el Mies y el Gobierno Provincial del Cañar; así como para solventar su normal funcionamiento se financia en base a la  autogestión; no obstante  su situación económica es muy precaria, es así que, hace pocos días organizaron una feria de alimentos con el propósito de recaudar fondos que permitan  sortear las múltiples necesidades  que se suelen presentar de manera continua. 

Actualmente la casa es hogar de 24 niños, desde los siete meses hasta los doce años, pero cuando son grupos de hermanos se puede recibir hasta los diecisiete años, así lo testimonia Deysi Almeida, coordinadora del centro de atención. Los niños se encuentran en este lugar por diversas circunstancias y motivos que son de inminente riesgo, tal es el caso: desintegración familiar, abandono, violencia, abuso sexual, maltrato físico, psicológico, padres privados de la libertad, problemas sociales de droga y alcoholismo.

En la fundación laboran 16 personas,  tutoras en atención directa a los niños, auxiliares de servicios quienes preparan los alimentos. En la parte técnica, un psicólogo clínico, trabajadora social, un facilitador familiar, un nutricionista, una contadora, la directora; en un inicio la mayoría de personas fueron voluntarias; en la actualidad son rentadas y cuyos sueldos  se cubren con el aporte  de las instituciones gubernamentales, en otra parte, con la autogestión de la casa, excepto, la directora Nancy Calle quien no recibe  rubro alguno. El personal siempre está dispuesto para atender las necesidades de los niños las 24 horas, aportan con su tarea, su tiempo, no escatiman esfuerzo alguno; el pago en realidad no es mucho, más bien lo hacen por el cariño que tienen a la labor que desempeñan y la solidaridad que reina en sus corazones; refiere con vehemencia y gratitud la directora.

Cabe destacar también que este centro de albergue cuenta  con convenios establecidos con la Universidad Católica; en donde figura el aporte de dos enfermeras para el fin de semana como parte de sus pasantías de labor social, así como  un galeno que colabora  con la atención médica y una abogada que realiza los trámites legales para  tratar de acelerar los procesos de adopción. Desde la administración se indica que lo que hace falta son tutores que cubran la atención directa de los niños. Al momento cuentan con 6, pero la necesidad es de 8 personas; ellos son prácticamente como un padre o madre de familia, es decir se encargan de bañar, de vestir, de alimentar a los bebes, de cambiar los pañales, a los niños para que luzcan  correctamente  su uniforme, para  enviarles refrigerio, brindarles desayuno, enviarles puntualmente a la escuela, servirles el almuerzo, merienda, revisar sus tareas escolares, apoyo psicopedagógico;  en la noche estar pendientes de  cualquier eventualidad que pudiera suceder, ya sea por  enfermedad u observancia pues en algunos casos  ya son  adolescentes que requieren vigilancia permanente.  

 “Muchas veces nos ha tocado pedir prestado”, comenta Deysi, pues las instituciones especialmente durante los primeros tres meses del año no cumplen con los rubros establecidos, el Gobierno no cubre los gastos de  medicamentos para niños con discapacidades, tratamiento médico especializado, férulas, útiles de aseo, útiles escolares para los niños que asisten a la escuela, leche para los bebés, pañales; el  mantenimiento de la casa, servicios básicos,  vajillas, camas, cunas, instalaciones eléctricas, pagos de impuestos, todo se ha ido deteriorando poco a poco, ha cumplido ya su vida útil, hay muchas cosas que cambiar en la casa para mejorar. 

Ante tales circunstancias y para suplir estas deficiencias, la Institución busca donativos que cubran la manutención completa de los niños y la construcción de vivienda para mejorar su calidad de vida, se cuenta con el apoyo del Mies para recibirlos. Se está realizando gestiones para conseguir un nuevo lugar, los espacios recreativos son muy estrechos y no existen zonas verdes, se menciona que al ser una casa de habitación, la misma no brinda las comodidades que los niños requieren; sin embargo se ha tratado de adecuar en lo posible el inmueble para brindar las facilidades que se necesitan.

Juan Diego Álvarez, Psicólogo Clínico de la fundación, comenta que los niños al llegar presentan normalmente baja autoestima, problemas de comportamiento, ansiedad marcada por la separación de sus padres y a la vez la institucionalización en sí porque es un mundo nuevo para ellos, los niños no han tenido la culpa de todo lo que les ha sucedido, en sus hogares han sufrido muchísimo hasta llegar a esta situación,  pero aun así extrañan a sus progenitores, su hogar, su vida anterior, su libertad. La institución frente a estos casos realiza terapias cognitiva conductuales, técnicas de relajación, terapias racionales emotivas; tratamos que la institucionalización no llegue a muchos años como en algunos casos se ha dado, sino que sea temporal, aunque eso depende del porqué se encuentra en este lugar, no es lo mismo un caso de negligencia que uno de abuso, especialmente sexual o violación que son mucho más complicados, en niñas sobre todo, pues en muchas ocasiones han sido los familiares los que las han vulnerado, que vuelvan a confiar,  que no se revictimicen ante los demás,  y ante las instituciones que les preguntan porque estás en la casa hogar, este es un trabajo duro. En estos casos trabajamos en los sentimientos de culpa, pues en la mayoría de los casos las madres les culpan de esto, prefieren defender a sus parejas antes que a sus propios hijos, entonces el trabajo va enfocado a los resentimientos para que ellos salgan adelante, lo que puede durar mucho tiempo incluso años, a esto se suma también el proceso legal, hasta que se hagan investigaciones, esclarecimientos toma tiempo que el niño está en la Institución. 

En la casa se realizan tres procesos dependiendo de los casos: Reinserción, Autonomía y Adopción. En reinserción se trabaja con las familias mediante un plan global, si éstas empiezan a cambiar su situación, si asumen los compromisos, tienen un tiempo de tres a seis meses para dar un giro a su vida, entonces los niños pueden volver a sus hogares. En cuanto a la autonomía, se hace un plan de vida con los chicos a partir de los quince años para que vayan tomando ciertas medidas frente a la vida, es decir que definan un objetivo de vida, que vayan a carreras técnicas, se remite a los chicos a Instituciones especializadas en este tipo de ayuda. Y en adopción, la Unidad Técnica de Adopciones es la encargada de realizar este tipo de proceso, la casa de lo único que se encarga es el emparentamiento, que es el conocer a la familia, el vincularla con ella y hacer la adaptación de tres o cuatro días hasta que el niño sale de la Institución. El trámite de adopción dura más o menos de seis meses hasta dos años, los niños de mayores de 5 años son ya de difícil adopción pero no existe edad para poder adoptar inclusive hasta adolescentes.

Uno de los momentos más emocionantes que nos ha tocado vivir dice Deysi, ha sido cuando la Unidad Técnica ha asignado ya una familia a los niños abandonados. Hace unos meses atrás un niño de cinco años ya quería conocer a su familia, era grande la emoción del niño, él estaba atrás de la ventana de la  dirección esperando, y decía quiero conocer a mis papás, quiero ver a mis papás, y al momento que les vio se lanzó hacia ellos y dada la casualidad y yo pienso que incluso que son cosas de Dios, alguno de los dos padres se parece a la persona que va a ser adoptada. En este caso el niño se parecía mucho a su papá. Los otros niños también se emocionan mucho cuando ocurren las adopciones y dicen que lindo que haya encontrado un papá.

Nancy Calle directora de la Casa Hogar, indica que existe apoyo de la ciudadanía con pañales, arroz, azúcar, ropa, realmente la población es la que viste a los niños, mantienen una pequeña bodega en donde van almacenando lo que la gente de buen corazón les brinda, por lo que agradece infinitamente a las personas, de la misma manera hace un llamado para que continúen aportando con estas obras sociales que redundan en favor de los que más necesitan.

Definitivamente la tarea que cumple la benefactora dueña de un corazón generoso y noble es digna de encomio y aplauso, no obstante de las dificultades que se le presentan en el camino; ella con su filantropía única y el equipo de apoyo han logrado vencer y sortear múltiples barreras, todo con un fin muy loable  que merece el apoyo de las instituciones y ciudadanía toda, porque con el aporte de las diferentes instancias se logrará concretar la felicidad en cada uno de los amparados que  merecen en algún momento reinsertarse al núcleo familiar  y por ende  encontrar la felicidad en compañía de los seres que les continuaran prodigando el cariño que tanto anhelan.    

Escrito por: 
Erik Abad