¿Cuánto sabemos de la obesidad infantil en Ecuador?

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, que va aumentado de manera alarmante. El problema es mundial y ha afectado de manera progresiva a países de bajos y medianos recursos, como es el caso de nuestro país, Ecuador, sobre todo en la población del medio urbano.

La Lic. En nutrición humana y especialista en el tratamiento integral Sofia Maggi  nos habla sobre el tema.

¿Qué es la obesidad infantil?

Si definimos, la obesidad es una enfermedad crónica producto de un desequilibrio en el consumo de alimentos, hábitos alimentarios poco saludables, el sedentarismo y factores psicosociales. Su impacto se condiciona a períodos de desarrollo del ser humano siendo los más vulnerables aquellos donde la velocidad del crecimiento del tejido adiposo es mayor, iniciándose así, en la etapa prenatal (gestación), lactancia, entre los 5 a 7 años y en la adolescencia.

¿Cuáles son los riesgos de la obesidad infantil?

Las consecuencias para la salud se pueden presentan tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, los niños y adolescentes con obesidad o con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y presentan una mayor probabilidad de padecer a edades más tempranas enfermedades como:

  • Diabetes
  • Enfermedades cardiovasculares (cardiopatías y accidentes cerebro vasculares)
  • Ciertos tipos de cáncer (endometrio, mama, colon). 

¿Cuál es la causa para que haya aumentado el índice de obesidad infantil?

Existen varias causas para que se diagnostique obesidad infantil entre estas:

Factores genéticos:

  • Historial de obesidad en familia: Si uno de los padres es obeso, el riesgo de que el niño sea obeso en la edad adulta se triplica y si ambos padres son obesos se incrementa a 10 veces.

Factores ambientales:

  • Un bajo peso al nacer y el incremento marcado de peso en los años siguientes también es un factor preponderante, en cuanto, al anhelo de las madres de que su hijo recupere pronto un peso adecuado.
  • Nuevos hábitos y estilos de vida adoptados secundariamente a la incorporación de la mujer al mundo laboral, la aceleración del ritmo de vida, un incremento de familias desestructuradas, causando en los niños y adolescentes mucho estrés y ansiedad (separaciones, divorcios, mudanzas, fallecimiento de familiares), convirtiéndose el alimento en una forma de sentirse mejor emocionalmente.
  • La oferta excesiva de productos procesados o industrializados hipercalóricos, mismos que se dan a libre demanda en casa o como colación en la lonchera escolar de los niños, por falta de tiempo para regresar a los refrigerios saludables de antaño tipo: habas con queso, ensaladas de frutas, sánduches, chochos con tostado, etc.
  • Hábitos de vida sedentarios, actualmente, los niños priorizan las herramientas tecnológicas, pasando más horas frente a un televisor, computadora, laptop, Tablet, celular, juegos electrónicos, y juegan menos en el parque, patio de las casas, no corren, no saltan, se mueven menos.

Baja autoestima, depresión.

¿Cuál es la situación en el Ecuador con respecto  a la obesidad infantil?

En Ecuador, según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 2012 (ENSANUT), 3 de cada 10 niños en edad escolar sufre de sobrepeso u obesidad. Guiándonos de porcentajes, la prevalencia ha aumentado de un 4,2% en 1986, a 8,6 % en el 2013 en niños menores de 5 años con exceso de peso, mientras que en las edades entre 5 y 11 años, este índice se triplica, llegando al 29,9% y en el caso de los adolescentes, hasta el 26%. 

¿Cómo detectar la obesidad infantil?

Actualmente, se puede evidenciar una doble carga de malnutrición en Ecuador, es decir, como otros países de bajos y medianos recursos, nos enfrentamos a un debate con el problema de enfermedades infecciosas y subnutrición (ingesta calórica deficiente para cubrir las necesidades mínimas de energía para las necesidades diarias), y al mismo tiempo se sufre de un aumento de factores de riesgo de enfermedades no transmisibles como la obesidad y el sobrepeso. Por lo mismo, no es raro que un mismo país, comunidad u hogar coexistan lado a lado de la subnutrición y la obesidad.

Por lo mismo, el Ministerio de Educación (MINEDUC) como el Ministerio de Salud (MSP), a partir del 2014 expidieron un “Reglamento para el Control del Funcionamiento de Bares Escolares Saludables”, con el fin de promover una cultura alimentaria y nutricional que garantice la seguridad y promoción de salud de los niños, revisando los alimentos que se expenden en estos bares como chochos con tostado, frutas, bebidas, etc. Además, desde el mismo año, se apoya del “Reglamento Sanitario Sustitutivo de Alimentos Procesados para el Consumo Humano”, que compete el tema del Etiquetado por Semáforo Nutricional, como guía para reconocer el tipo de alimento que se entrega a los niños, con el fin de equilibrar las Loncheras Escolares cubriendo las necesidades básicas de los niños y adolescentes para un óptimo desarrollo integral.

La prevalencia del sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes se define de acuerdo a los patrones de crecimiento establecidos por la OMS, mismo que el MSP de nuestro país también toma de referencia sus tablas de crecimiento para determinar el estado nutricional de sobrepeso u obesidad como tal.

El tratamiento nutricional ante una obesidad infantil identificada resulta esencial, debido a que, en esta etapa de crecimiento, cualquier déficit nutricional puede repercutir de manera negativa en el desarrollo integral del niño. 

Por ende, una adecuada alimentación desde la gestación y en los primeros años de vida determina en gran medida una calidad de vida en la adultez.  Es así que se promueve:

  • Una adecuada alimentación durante el embarazo y durante todos los ciclos de vida.
  • La lactancia materna exclusiva hasta el 6to. mes
  • Una adecuada introducción de alimentación complementaria desde el 6to. mes hasta los 2 años de edad, sin añadir sal o azúcar al inicio y posterior paulatinamente, de manera que el niño/a reconozca el sabor natural del alimento y se determine posibles alergias o intolerancia a ciertos alimentos y suspender si amerita.
  • Un consumo adecuado de frutas y verduras y menos ingesta de productos industrializados y vendidos como comida chatarra.
  • Promover el consumo de preparaciones tipo al vapor, al horno, al jugo, a la plancha. Y a su vez equilibrar y consumir esporádicamente preparaciones tipo fritura, apanado, ahumado.
  • El hábito de desayunar saludablemente: Fruta, Cereal, Proteína, Lácteos.
  • Mantener hábitos alimentarios y de vida saludables en las familias, que incluya mayor práctica de actividad física regular y disminución de actividades sedentarias. Además, que, compartir más tiempo en familia de diversas actividades permite desarrollar la seguridad psicosocial e integral del niño/a.
Escrito por: 
Alisson Maldonado