Liga Deportiva Universitaria maravilló al fútbol sudamericano una década atrás. Desde el 2006, los equipos albos que actuaron en los distintos torneos internacionales ya daban síntomas de lo que sería una seguidilla de triunfos inédita. La Copa Libertadores 2008, la Sudamericana 2009 y las dos Recopas, dejaron ver a una escuadra bien ensamblada en lo deportivo, y respaldada por una organización dirigencial que no resulta habitual en esta parte del mundo.

Sin embargo, desde aquel título nacional en 2010 la U no levanta cabeza. Esteban Paz tomó la posta de su padre en la toma de decisiones a la interna de la institución, y lo que un día fue una sólida fortaleza, ahora es un cerco sin estacas. El joven hijo de Don Rodrigo echó abajo algunos de los preceptos más devotos de la institución. Estableció una renovación desmedida y descontinuada, contrató a dos manos jugadores foráneos por puro instinto y han desfilado entrenadores que no han podido forjar los procesos de otrora.

¿Cómo destruir un Campeón de América?, exactamente con esta receta. La inestabilidad y el limbo en el que ha caído la institución más poderosa y laureada del fútbol ecuatoriano, es la criptonita que aniquiló un modelo ganador. Esteban Paz y su grupo de colaboradores ‘innovadores’, han marcado un divorcio con la hinchada que ha resultado fatal, la fidelidad está cada vez más gastada y las decisiones menos celebradas. La Liga versión 2017 tiene que dinamitar muchas de las prácticas recientes y establecer un modelo sustentado en el perfil bajo y el orden.