La necesidad de regenerarse

No es para nadie nueva la idea generalizada, de “debes capacitarte”, o la de cubrir un número de horas mínimas anuales para corresponder al sistema adecuadamente. Y de ahí, es que creo que nace esa distancia de cualquier persona, hacia la pasión de aprender, de conocer y saber más por satisfacción personal propia.

A mi me gusta la idea de entusiasmarme por lo desconocido, de reconocer mis debilidades, y querer siempre rodearme por gente que sabe más. Vivimos en un bucle, tantas veces cuestionado, que te obliga a levantarte sin ganas, producir por una necesidad económica a principios de mes, y a dormir porque mañana es otro día. Excepto los fines de semana, que supuestamente son para uno mismo. Mentira.

Los fines de semana, están diseñados para hacer paseos que no te apetecen mucho, o para asados infinitos donde la gula se vuelve un ritual, o para actividades supuestamente bien vistas para esos días de la semana.

El problema surge cuando en realidad quieres realmente dedicarte a ti, y darte las horas de sueño que el cuerpo considere necesarias, leer todos los libros que quieras, o simplemente acudir a un espacio para aprender, como son los cursos o los famosos “workshop”, que coinciden con el cumpleaños de tu suegro , y si es que no vas, puedes caer con el peso de los comentarios de “mal casada” o es que tu nunca haces por ir a nada, porque sentirás el peso de la pregunta “¿Porqué estudias a estas alturas de la vida?”. Y la respuesta es simple. Porque me gusta, porque me llena y porque esto me da la alegría de vivir.

Por  suerte existen personas, pocas pero maravillosas, que ayudan día a día, a que uno realmente se dedique a sentirse más y que sin ellos sería imposible hacerlo.

Escrito por: 
Almudena Grandal