Es conocido por toda la opinión publica,  la reacción que causo la designación de Cinthya Viteri del partido madera de guerrero, para la candidatura presidencial a las elecciones del 2017,  aunque sonaba  la posible participación de Jaime Nebot.  Quien inicio dicho desacuerdo fue el prefecto de Azuay Paul Carrasco, luego representantes del concejo nacional del pueblo montubio del Ecuador entre otros.

“Es buena persona pero que le falta liderazgo” dicen ciertos integrantes del movimiento, por ello, mediante rueda de prensa presentaron a las organizaciones políticas, consideren la candidatura del prefecto azuayo,  dado el progreso  industrial de esa zona dicen.

Pero este resultado revela una especie de pugna por la candidatura y   empiezan  las críticas y opiniones que permiten ver una desconexión total de los fines que se persigue en bien del país.

Sin embargo, la postura de la asambleísta Cristina Reyes, parece muy democrática y madura manifiesta que hubiera sido  ideal que salga un solo candidato de oposición,  si eso no se ha dado, espera que se respeten los acuerdos firmados, para continuar en el proceso de cambio, en el manejo del estado.

Las diferencias de criterio, son parte de una democracia, pero, como se las está manejando, solo dejan ver que no se aceptan consensos y todo se ventila en los medios de comunicación. Ojala la madurez política de los ganadores en la próxima contienda electoral, permita leyes saludables, para el bien de todos sin pensar en el beneficio personal. 

¿Quién va de candidato? deberían preocuparles una mayoría absoluta en la asamblea; mucho dependerá de las ideologías partidistas, para apoyar o no la gestión del  nuevo ocupante de Carondelet y si eso no les quita el sueño quizá una  muerte cruzada se convierta en pesadilla.