Es común, en la adolescencia basarse en diversos prototipos, hay quienes prefieren sentirse lóbregos, en parte por el ambiente circundante o porque los hace sentir especiales como aquellos ídolos que dejaron huella en la historia y que compartían la misma dolencia; eran bipolares.

 Los personajes más renombrados que tuvieron trastornos depresivos fueron: Van Gogh, Kurt Cobain, Virginia Woolf, Robin Williams entre otros que incurrieron al suicidio.

En la actualidad se hacen llamar bipolares aquellas personas que sufren de ligeros cambios del ánimo. Es necesario, acudir donde un especialista, para un diagnóstico asertivo.

Cuando una persona sufre de bipolaridad no puede convivir con la sociedad, le cuesta relacionarse con sus semejantes, los estados de ánimo cambian a los extremos, de euforia a depresión en cuestión de minutos además de pensamientos psicóticos.

Un cuadro depresivo altera el diario vivir de la persona. Por tal motivo, el afectado necesita del apoyo familiar para poder seguir un tratamiento; la evolución del mismo, dependerá de cuan grave sea el padecimiento.

En algunas ocasiones nos hemos sentido tristes o felices pero no en un estado permanente, tampoco se trata de hacerse daño psicológicamente. Llamarse bipolar sin siquiera saber el significado, con el fin de pertenecer a una tribu urbana.

Un trastorno depresivo, no es como lo pintan algunos programas de televisión o videojuegos. Los medios de comunicación son responsables de proporcionar información verídica acerca de enfermedades que adolecen, no sólo a nuestro país,  sino al mundo.

A veces, el ser humano se deja llevar de cosas negativas cuando en realidad es cuestión de perspectiva. La vida es única y esplendorosa.

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