El pasado 16 de abril 2106, un terremoto de 7,8 grados de magnitud sacudió a todo el país y destruyó varias ciudades pequeñas en su epicentro en la región costera de Ecuador. Con más de 600 muertos, unos 4.000 heridos y 200 desaparecidos por no hablar de miles de millones en daños. Los esfuerzos de reconstrucción en Ecuador tomarán muchos meses, sino años.

Ecuatorianos de todas las tendencias políticas en las principales ciudades se echaron a las calles para donar, ser voluntarios y ayudar. Los medios sociales se inundaron de videos de cadenas humanas de la movilización de voluntarios para proveer de agua, alimentos y medicinas. Más de 200 camiones de donaciones de ciudadanos dejaron Quito para trasladarse a la zona cero dentro de las primeras 48 horas. Decenas de iniciativas de  ciudadanos han surgido para mapear los daños, riesgos y necesidades. Los mensajes de unidad y apoyo han desplazado a los trolls de medios sociales y bromas de todos los días en redes sociales en contra del gobierno. Por un breve momento en casi una década, el país ha tenido un descanso de la polarización, e incluso los políticos más radicales han rechazado la lucha política en medio de la crisis.