Un Quito solidario, reconstruyendo Ecuador

Dos días después del terremoto del pasado 16 de abril que dejo perdidas incalculables para los damnificados, el alcalde Metropolitano de Quito Mauricio Rodas  decidió poner en marcha una ayuda solidaria y realizo un llamado a la ciudadanía pidiendo donaciones de todo tipo, este no se dejó esperar y comenzaron a llegar en cantidades exorbitantes, nadie podía creer lo que estaba pasando,  sin embargo la esperanza  y las ganas de ayudar se sentían en el aire.

Eran aproximadamente las 10:00 de la mañana del 18 de abril cuando las personas que deseaban ayudar en el parque Bicentenario eran rechazadas debido a que el lugar estaba saturado de voluntarios y donaciones, de la manera más cordial les pedían que se dirijan al estadio de la Liga o a otros puntos cercanos de ayuda, las personas llenas de amor decidían trasladase con sus donaciones. Se podían ver personas de todas las edades desde niños hasta ancianos pero todos con las mismas ganas de ayudar y con una gran sonrisa.

Todos clasificaban los  alimentos, los útiles de aseo personal, alimentos para bebes, e incluso alimentos para mascotas, todo estaba muy organizado y  las personas con sus caras de alegría al ver que podían ser útiles. Seguía la ayuda y aproximadamente a las 3:00 de la tarde ya con las caras un poco cansadas por el sol y el arduo trabajo, todos  corrían de un lado a otro para lograr clasificar de mejor manera, los hombres con sus rostros llenos de sudor por cargar tantas cajas a los camiones que se dirigían al punto centro el parque Bicentenario. Una hora después todos tomaron un receso de 30 minutos, sacaron sus pequeñas loncheras, maletas y fundas de comida para alimentarse, fue realmente un break rápido, porque la ayuda recién empezaba y las donaciones no paraban de llegar. Eran las 4:30 de la tarde aproximadamente y los niños que fueron a ayudar ya se acostaron en el graderío del estadio de la Liga hasta que sus padres concluyan con el trabajo. Todos ya cansados hasta que la dirección de donaciones de ese sector se acercó a informarles ¨Gracias por su ayuda el trabajo finalizara a las  6:00pm, mañana se continuara con el trabajo desde las 7:00 de la mañana¨. Así concluyo ese día y se logró enviar a Canoa, Matal y San Isidro: 3 trailers, 7 volquetas, 22 camiones, 2 buses y 45 rescatistas, era realmente increíble todo lo que se había recolectado para ayudar pero no era suficiente para abastecer a los necesitados.

El 19 abril  eran aproximadamente las 9:00 de la mañana y una vez más el parque Bicentenario estaba muy bien abastecido de donaciones y de voluntarios, así que la gente se dirigía a otros puntos de ayuda. En cada punto se podía encontrar a las personas  haciendo fila para ingresar y se podía ver que  todos tenían en las manos colores, marcadores, hojas de papel bond ya que habían visto por las redes sociales que la mejor forma de ayudar no es solo enviando donaciones que también se envíen en cada una de las cajas palabras de motivación y aliento para todos nuestros hermanos que estaban pasando por un momento difícil en la costa. A las 11:30 de la mañana ya todos estaban cumpliendo una función específica unos con un trabajo más duro que otro pero una vez más todos con una sonrisa, con gentileza y respeto trabajando dándose una mano los unos a los otros para lograr el trabajo de manera más eficiente. Esta vez las cajas ya no solo llevaban los hombres a los camiones también lo hacían las mujeres y jóvenes, todos con sus gorras por el sol y con sus pequeñas botellas de agua trabajaban sin parar, se podía sentir el amor por ayudar de cada uno de los voluntarios. Pero lo más hermoso de todo esto es que se podía reflejar como incluso personas de bajos recursos venían a ayudar, es impresionante ver como los que menos tienen son los que más dan. El caso que más impresiono ese día fue el de  José Montesdeoca  un manabita que trabaja vendiendo empanadas en las calles de Quito. El donó el fruto de su trabajo para que sea enviado a sus hermanos en Manabí. "Estoy dando un granito de arena. Vine a dejar algunas cositas con todo mi corazón", dijo entre lágrimas,  actos como estos son los que realmente tocan nuestros corazones y nos llenan de nostalgia, este hombre nos enseña a entregar más sin esperar nada a cambio. El día 19 de abril aproximadamente a las 11:00 de la noche salieron 23 toneladas de ayuda a Muisne, San Isidro y otros pueblitos pequeños a los que aún no había llegado ningún tipo de ayuda. Quito realmente unido por una buena causa.

Ecuador realmente pasaba por una crisis pero en los noticieros a nivel internacional se daba a conocer como un país chiquito pero lleno de personas de corazón grande. Es increíble ver como en Quito y en todas las ciudades del país se recogen hasta ahora donaciones para ser enviadas a los damnificados sin embargo ya no son en las mismas cantidades que se enviaban al principio.

Dos días después del terremoto del pasado 16 de abril que dejo perdidas incalculables para los damnificados, el alcalde Metropolitano de Quito Mauricio Rodas  decidió poner en marcha una ayuda solidaria y realizo un llamado a la ciudadanía pidiendo donaciones de todo tipo, este no se dejó esperar y comenzaron a llegar en cantidades exorbitantes, nadie podía creer lo que estaba pasando,  sin embargo la esperanza  y las ganas de ayudar se sentían en el aire. Eran aproximadamente las 10:00 de la mañana del 18 de abril cuando las personas que deseaban ayudar en el parque Bicentenario eran rechazadas debido a que el lugar estaba saturado de voluntarios y donaciones, de la manera más cordial les pedían que se dirijan al estadio de la Liga o a otros puntos cercanos de ayuda, las personas llenas de amor decidían trasladase con sus donaciones. Se podían ver personas de todas las edades desde niños hasta ancianos pero todos con las mismas ganas de ayudar y con una gran sonrisa. Todos clasificaban los  alimentos, los útiles de aseo personal, alimentos para bebes, e incluso alimentos para mascotas, todo estaba muy organizado y  las personas con sus caras de alegría al ver que podían ser útiles. Seguía la ayuda y aproximadamente a las 3:00 de la tarde ya con las caras un poco cansadas por el sol y el arduo trabajo, todos  corrían de un lado a otro para lograr clasificar de mejor manera, los hombres con sus rostros llenos de sudor por cargar tantas cajas a los camiones que se dirigían al punto centro el parque Bicentenario. Una hora después todos tomaron un receso de 30 minutos, sacaron sus pequeñas loncheras, maletas y fundas de comida para alimentarse, fue realmente un break rápido, porque la ayuda recién empezaba y las donaciones no paraban de llegar. Eran las 4:30 de la tarde aproximadamente y los niños que fueron a ayudar ya se acostaron en el graderío del estadio de la Liga hasta que sus padres concluyan con el trabajo.

Todos ya cansados hasta que la dirección de donaciones de ese sector se acercó a informarles ¨Gracias por su ayuda el trabajo finalizara a las  6:00pm, mañana se continuara con el trabajo desde las 7:00 de la mañana¨. Así concluyo ese día y se logró enviar a Canoa, Matal y San Isidro: 3 trailers, 7 volquetas, 22 camiones, 2 buses y 45 rescatistas, era realmente increíble todo lo que se había recolectado para ayudar pero no era suficiente para abastecer a los necesitados.

El 19 abril  eran aproximadamente las 9:00 de la mañana y una vez más el parque Bicentenario estaba muy bien abastecido de donaciones y de voluntarios, así que la gente se dirigía a otros puntos de ayuda. En cada punto se podía encontrar a las personas  haciendo fila para ingresar y se podía ver que  todos tenían en las manos colores, marcadores, hojas de papel bond ya que habían visto por las redes sociales que la mejor forma de ayudar no es solo enviando donaciones que también se envíen en cada una de las cajas palabras de motivación y aliento para todos nuestros hermanos que estaban pasando por un momento difícil en la costa. A las 11:30 de la mañana ya todos estaban cumpliendo una función específica unos con un trabajo más duro que otro pero una vez más todos con una sonrisa, con gentileza y respeto trabajando dándose una mano los unos a los otros para lograr el trabajo de manera más eficiente. Esta vez las cajas ya no solo llevaban los hombres a los camiones también lo hacían las mujeres y jóvenes, todos con sus gorras por el sol y con sus pequeñas botellas de agua trabajaban sin parar, se podía sentir el amor por ayudar de cada uno de los voluntarios. Pero lo más hermoso de todo esto es que se podía reflejar como incluso personas de bajos recursos venían a ayudar, es impresionante ver como los que menos tienen son los que más dan. El caso que más impresiono ese día fue el de  José Montesdeoca  un manabita que trabaja vendiendo empanadas en las calles de Quito. El donó el fruto de su trabajo para que sea enviado a sus hermanos en Manabí. "Estoy dando un granito de arena. Vine a dejar algunas cositas con todo mi corazón", dijo entre lágrimas,  actos como estos son los que realmente tocan nuestros corazones y nos llenan de nostalgia, este hombre nos enseña a entregar más sin esperar nada a cambio. El día 19 de abril aproximadamente a las 11:00 de la noche salieron 23 toneladas de ayuda a Muisne, San Isidro y otros pueblitos pequeños a los que aún no había llegado ningún tipo de ayuda. Quito realmente unido por una buena causa.

Ecuador realmente pasaba por una crisis pero en los noticieros a nivel internacional se daba a conocer como un país chiquito pero lleno de personas de corazón grande. Es increíble ver como en Quito y en todas las ciudades del país se recogen hasta ahora donaciones para ser enviadas a los damnificados sin embargo ya no son en las mismas cantidades que se enviaban al principio.

Escrito por: 
Natividad de las Mercedes Jiménez Zurita